El reto de reinventarse


¿De dónde sale la idea original para esta serie?
Del ilustrador francés de principios del siglo XIX Jean Ignace Isidore Gérard. Hizo muchas caricaturas de animales antropomórficos vestidos con ropas de la época y que trabajó con el seudónimo de “JJ Grandville”. Mientras estaba mirando un libro de su obra se me ocurrió la idea de que “Grandville” podría ser el nombre de París en una realidad alternativa dominada por Francia y en la que París sería la mayor ciudad del mundo.

¿Tenías claro desde el principio que los protagonistas serían animales antropomórficos y que sería un thriller detectivesco?
Gérard me inspiró la idea original, que surgió completa con los animales. Nunca antes había hecho una historia con animales antropomórficos así que me pareció que sería un reto y a la vez algo diferente para mí. Hace años que tenía ganas de contar historias detectivescas y pensé que Grandville podría ser el marco ideal para contar algunas.

Anteriormente hiciste otra novela gráfica que puede encuadrarse dentro del steampunk. ¿Se trata de un género por el que sientes un interés especial?
Totalmente. Yo era adolescente en la Gran Bretaña de finales de los sesenta, cuando la época Victoriana molaba. Había películas como La última carga y La caja de las sorpresas. Los uniformes militares victorianos estaban de moda y los usaban los Beatles, Jimi Hendrix y Mick Jagger, y buena parte del diseño psicodélico de la época tenía como referencia la decoración victoriana. Yo estaba bastante enganchado a la serie Adam Adamant, sobre un aventurero victoriano, congelado por un adversario y revivido en el desinhibido Londres de los años 60.

Cuando vemos personajes antropomórficos normalmente no suelen ser más que humanos en cuerpo de animales. Tienen el aspecto físico de los animales pero no siempre tienen las características particulares de los animales que representan. ¿Es algo que has tratado de hacer en esta serie?
Sí, casi siempre. Elegir el animal adecuado para representar cada personaje particular es bastante importante. En cierta forma es una manera rápida de decirle al lector cómo son los personajes, un poco como el uso de máscaras en la italiana Commedia dell’arte o el teatro Noh japonés. Mi primer impulso fue que el protagonista fuera una rata pero enseguida me di cuenta de que el personaje que se estaba formando en mi mente no tenía las características de una rata. Quería un detective que fuera grande, poderoso y tenaz, que pudiera ser feroz en caso necesario. Los tejones pueden ser auténticos matones así que parecía el más adecuado para el papel.

Aunque los personajes principales son tejones, perros, ratas, zorros y demás, los humanos también juegan un papel, como sirvientes. ¿Tienes previsto profundizar en la relación entre animales y humanos en próximos álbumes?
Los personajes humanos, apodados “carapanes” por los parisinos antropomórficos y dibujados en el estilo de la línea clara, son una subclase, sin derechos ciudadanos. En Grandville Bête Noire [tercer volumen de la saga] hay una escena sobre una manifestación de los humanos por los derechos civiles. De hecho trataré el tema de los humanos con más detalle en el cuarto libro, Grandville Noël.

Grandville es un thriller detectivesco pero se puede leer también como un thriller político, con referencias la 11 de septiembre, el terrorismo político o los gobiernos que engañan a sus ciudadanos.
Sí, ése es uno de los temas del primer libro. Grandville trata sobre la moralidad del terrorismo y Bête Noire sobre la perversión de la avaricia capitalista.

¿Cuántos tomos tienes planeado hacer?
Cinco. En este momento estoy dibujando Grandville Noël, el cuarto, y del quinto, y quizás último, ya tengo el guión completamente terminado. Tendrá unas 160 páginas y es el más oscuro y violento de los cinco.

¿En qué otros proyectos estás trabajando?
En este momento estoy haciendo la rotulación, composición de página y viñetas de la siguiente novela gráfica con guión de mi mujer, Mary. Se titula Sally Heathcote: Suffragette. Del dibujo definitivo se encarga la veterana ilustradora británica Kate Charlesworth. Es el segundo libro de Mary. El primero, Dotter of her Father’s Eyes [publicado en España como La niña de sus ojos, editado por La Cúpula] ganó el Premio Costa a la mejor biografía en enero. También estoy escribiendo un web comic de fantasía, pero ¡estoy teniendo problemas para encontrar al artista adecuado para dibujarlo!