Ramón Boldú (Lleida, 1951) es uno de los pioneros del cómic autobiográfico español; su agitada vida trascurre ante los ojos cotillas de los lectores de sus obras, tan divertidas como sinceras. De lectura imprescindible, se descubre como personaje desde los tiempos de la transición española hasta nuestros días. Ha dirigido varias revistas de humor y también eróticas. Hace más de treinta años que comenzó a publicar sus andanzas en las que aparecen famosos por doquier, con los que se ha codeado en su deambular por editoriales, productoras de cine y televisión. Ha revelado secretos que provocan la sonrisa, excepto la de los implicados, por lo que Boldú no ha parado de recibir querellas a lo largo de su vida. Dice que a veces incluso litigaría consigo mismo, pues lo que cuenta de él, en realidad aborda su drama, el suyo, un rosario de divorcios lo confirman, y el de quienes le rodean. Y todo con la sana mala leche, la ironía salvaje y, sobre todo, la franqueza apabullante de la que siempre ha hecho gala, y que lo convierten en un autor único dentro del cómic español, con obras como Bohemio pero abstemio. Memorias de un hombre de segunda mano, El arte de criar malvas, Sexo, amor y pistachos, Lq vida es un tango y te piso bailando o Perdidos por el más allá, todas ellas publicada en Astiberri. Boldú a veces se desmarca del tono costumbrista que le caracteriza para zambullirse en perfiles ajenos. Ha relatado la vida del poeta Miguel Hernández en la novela gráfica La voz que no cesa, que realizó junto a Ramón Pereira. Bat Alan, biografía de un asesinato social es la más actual, la más triste, y, también, la que más aviva la esperanza.