Del yeti a la cultura kalash

¿Cómo surge la idea de adaptar al cómic una novela –“Género mixto de literatura de viajes, reportaje de investigación, documento a secas y alta literatura”, la denomina el escritor Agustín Fernández Mallo– como Sólo para gigantes?
Gabi: La adaptación de Sudd (Glénat, 2011) había sido una estupenda experiencia y cuando Tyto leyó Sólo para gigantes vio la posibilidad de, manteniendo el clima conradiano, trabajar una paleta de colores muy distinta y diseñar páginas con otro sentido espacial. El frío, la nieve, la soledad de Gigantes, se enfrentaban al calor, el agua y el hacinamiento de Sudd. Además, la concepción más poética de la novela, y ese género mixto al que alude Fernández Mallo, abría un mundo nuevo que nos apeteció explorar juntos otra vez.
Tyto: Muy recientemente habíamos terminado nuestra colaboración en la adaptación de la novela de Gabi, Sudd, y yo tenía ganas de hacer otras cosas antes de ponerme a colaborar de nuevo con Gabi. Sin embargo después de leer el libro me sentí identificado con tantas cosas que cambié de idea y me puse manos a la obra.

La personalidad del protagonista, Jordi Magraner –carismático, brillante, generoso y comprometido, pero también colérico, obsesivo, soberbio y muy celoso de lo suyo–, está llena de claroscuros... Por eso, tal vez, resulta tan fascinante...
Gabi: Los personajes monolíticos son cosa de otro siglo. Después de tantas novelas, películas y teleseries creo que nos ha quedado claro lo maleables que somos, la cantidad de ángulos que nos moldean, y Jordi era un individuo ejemplar por la cantidad de contradicciones que reunía en sí mismo. De alguna manera, contar su historia era contar todas. No hay mayor regalo para un narrador que una personalidad como la suya. La dificultad era que el retrato fuera creíble.
Tyto: Para mí es una de las grandes cosas de esta novela y cómo Gabi ha conseguido hacer creíble su figura. Cómo dibujante el tenerme que poner a dar vida y movimiento a un personaje tan complejo como Jordi, al que no puedo comprender al cien por cien, hace que me deje llevar por él y que de alguna manera haya sido en esas circunstancias como se ha le ha ido dando forma al estilo de dibujo y narración de todo el comic.

Gabi, se ha de sentir impotencia por el hecho de que en pleno 2012, más de 10 años después de la muerte de Jordi, siga sin esclarecerse su asesinato...
Gabi: Jordi nació en Marruecos pero su pasaporte era español, emigró a los cuatro años a Francia y creció en una banlieue con una familia modesta y extranjera (española). Es el tipo de individuo al que nadie interesa reconocer como propio. Así, cuando le matan en el Hindu Kush, España ni siquiera sabe que es español y los franceses, que sí lo saben, se desentienden pese a que casi toda la familia Magraner ha residido la mayor parte de su vida en Francia y tiene la nacionalidad francesa. En cuanto a la policía pakistaní, no parecía en absoluto interesada en resolver un caso que quién sabe hasta qué punto podía salpicar a sus servicios secretos. Al final, nadie movió nada. España, tras saber que era español, ha dado por buenas unas investigaciones llenas de irregularidades, y en este caso hablar de “irregularidad” es un eufemismo. Nada se averiguará.

Gabi, has estado en bastantes de las localizaciones donde se desarrolla la historia. Las fotografías realizadas en esos viajes deben haber servido de valiosa herramienta para ti, Tyto...
Gabi: Desde hace varios años me muevo con una pequeña cámara digital, fácilmente disimulable, que me permite documentar gráficamente alguno de los pasos que voy dando. En historias como ésta creo que esas imágenes son de una utilidad enorme. Y a Tyto algo le ha servido, aunque esto él lo va a detallar mejor, claro.
Tyto: Sin duda. Siempre tengo serios problemas a la hora de afrontar una historia de este tipo desde la nada y tener todo ese material me hizo sentir muy cómodo. Lo complicado eran las cosas que faltaban, o poder entender las distancias en las que se mueven los personajes. Lo curioso es que conforme uno va avanzando y cogiendo soltura resulta que los mejores dibujos salen cuando uno ya no se preocupa tanto de estas cosas. Es como si al no estar tan dependiente de ser fiel a la realidad el dibujo surgiera más auténtico.

¿Os habéis planteado alguna dinámica concreta de trabajo a la hora de encarar el texto con el fin de trasladarlo al lenguaje del cómic?
Tyto: Yo tenía muy claro que lo mejor era centrarse en la historia de Jordi y dejar como apéndice o al menos hasta las páginas del final las intervenciones de Gabi sobre su investigación. En la novela funciona muy bien porque la misma acción de escribir te está mostrando continuamente que hay un personaje que te lo cuenta, pero en el comic (o en el cine) podía ser muy lioso.
Gabi: En el cómic, Tyto es por supuesto el gran creador. Tyto interpreta perfectamente los tiempos de las páginas, algo que a mí se me escapa mucho más, de manera que a la hora de distribuir los diálogos y las escenas, su cabeza se mueve con la soltura del experto. De ahí que después de contrastar cómo se deben abordar los capítulos, sea él quien propone las divisiones en viñetas y los diálogos, que después me pasa a mí y voy matizando o corrigiendo. Cuando tiene un número de páginas acabadas, también me las pasa para ver si me funcionan, debatimos sobre ellas, se realizan los ajustes necesarios, y seguimos.

El montaje del cómic, al igual de la novela sobre la que está basada, tiene una importancia determinante; en esta adaptación, no obstante, habéis considerado cerrar antes el relato que el texto original.
Gabi: La historia de Jordi posee muchísimas aristas, caminos que se abren hacia lugares bien distintos, y además en la novela aparezco yo mismo durante la investigación, detallándola y convirtiéndola en una aventura en si misma. Eran muchos frentes, abordarlos todos habría requerido demasiadas páginas y como, por otra parte, queríamos ser claros y directos preferimos fijar la atención en el protagonista verdadero, que es Jordi. En la adaptación al cine que ya se está trabajando, el guión va a hacer lo mismo: concentrarse en un eje, en un punto principal que absorberá la historia entera pero desechará algunos aspectos... cómo llamarlos... satélites.
Tyto: Por mi parte es algo en lo que no tengo ninguna teoría para justificar si funciona o no, es más bien una sensación de que de alguna manera se está haciendo lo correcto basándome en ese de “menos da más”, espero que a quienes se lean el comic y la novela piensen lo mismo.

¿Qué os motivó a darle al lector esa documentación fotográfica extra que figura en las páginas finales, detrás de las propiamente del relato del cómic?
Gabi: Esto es cien por cien idea de Tyto. Cuando me la transmitió, dije enseguida que sí. Lo de mezclar géneros e incluso disciplinas me apasiona, sobre todo si das con algo que encaja. En este caso, al tratarse de una historia real y manejarnos con imágenes, el hecho de sumar fotos a las ilustraciones de Tyto conferían al conjunto una pátina de definitiva realidad que creo que es muy atractiva.
Tyto: Aparte de que es un material que existe y que valía la pena aprovechar, era una manera de resumir la experiencia de Gabi en su viaje final a Pakistán. Por otro lado, a mí me recordaba a esos cuentos para niños en los que al final aparecían fotos reales sobre la ficción en la que se desarrollaban las historias. Me parecía y me parece algo emocionante. O como en La lista de Schindler cuando aparecen al final a modo de documental las personas reales en las que se basan en la película.

Tyto trabajas, según las ocasiones, con guiones propios y también con textos ajenos, como es el caso que nos ocupa: ¿es distinta la manera de encarar los trabajos cuando te eriges como autor completo y compartiendo autoría con guionista?
Tyto: Pues la verdad es que todo tiene su parte buena y su parte mala. Por un lado si tu escoges tu propia historia, te propones hablar y dibujar cosas sobre las que estas familiarizado, al contrario de estos dos libros con Gabi en los que represento lugares en los que nunca he estado y con lo cual tengo que documentarme a saco. Pero por otro lado el hecho de que la historia ya esté hecha, funcione, y que puedas entender cuáles son los puntos en los que se sustenta, te permite más seguridad a la hora de lanzarte, ya que la responsabilidad la compartes con el otro creador y no tú solo. También a veces pienso que es verdad eso de que a veces al estar más condicionado surge más creatividad...

Lo impactante de la historia y el potencial visual que lleva aparejada la novela Sólo para gigantes editada en castellano en septiembre de 2011 por Alfaguara, hacen de ella el material perfecto para ser adaptado a otros medios y llegar así a públicos más allá del específicamente literario; tanto al cómic que ahora ve la luz, como al cine, con alguien como el director Agustí Villaronga. ¿Cómo se encuentra a día de hoy el proyecto de convertir en celuloide Sólo para gigantes?
Gabi: Como antes comentaba, ya se está trabajando en el guión. Dos productoras españolas se han unido para tirar adelante la película y Agustín está entusiasmado con el proyecto. De hecho, hemos trabajado unos días mano a mano y para mí ha sido un privilegio y un descubrimiento asistir en directo a cómo piensa otra cabeza. Porque él, al ser director, expresa en voz alta lo que piensa y ves cómo, en un clic, funde cuatro escenas en una sola que lo explica todo. Espectacular. Trabajar con creadores como Tyto o Agustín está siendo otro de los grandes premios de esta historia.