El desnudo terapéutico
¿Cuándo y por qué razón surge la decisión de embarcarte en este proyecto de corte autobiográfico?
A partir de la salida de Ponnette, mi fanzine en fotocopias. Con él me sentí cómoda. Encontré mi hueco creativo en la narración (intimista y personal) y en el dibujo (sencillo y a lápiz, sin entintar). Aunque es evidente que la decisión, lo me empuja a sacar este álbum, son las circunstancias y las ganas de exorcizar buenos y malos rollos. Para mi es como un diario gráfico.
Aun cuando el factor distorsionador del paso del tiempo pueda haber ejercido su influencia, se te aprecia sincera en esta suerte de memorias viñeteras. ¿Hasta qué punto ha sido un proceso fluido?
No ha sido un proceso fluido. Cuesta mucho hablar de cosas tan íntimas y explicarlas de un modo personal sin que haya malos o buenos. En las historias de amor ambas partes tienen la culpa. El epílogo, por ser lo más palpable y reciente, es lo que mejor brotó. Creo que se nota, porque es muy emotivo…
¿Tiene algo de terapéutico este desnudo en público de aspectos íntimos?
Sí. Desnudarse siempre es terapéutico, pero hay que saber encontrar el medio. El mío ha sido el cómic. Ha sido como elaborar un plato complicado y después comerlo…Preparas los ingredientes, empiezas a cocinar, lo pruebas, lo corriges de sal y entonces te lo comes. Digerir ese plato es el proceso más largo. Luego viene cuando lo sacas todo y te quedas más bien que Dios.
En este sentido, ¿qué te dice eso de que una persona a priori echada para adelante como el actor y director de cine metido a actor teatral, Santiago Segura, reconozca en el prólogo de la obra haber sentido cierto pudor al acercarse a sus páginas; como si fueran a reprenderle al ser pillado in fraganti en cualquier momento leyendo un diario privado?
Me dice que lo he conseguido. Y ratifica que los exhibicionistas somos en realidad, pudorosos, tímidos y… muy valientes.
¿Te preocupa que alguna de las personas retratadas que pasaron meses y años atrás, pueda sentirse molesta por la imagen que bajo tu mirada viertes de ella?
Me preocupa lo justo. Lo que hay reflejado en el cómic es mi vida y tengo todo el derecho a expresarme sobre ella. Ellos forman parte de esta historia hecha cómic. Sin ellos, no existiría Los juncos. Siempre presumo de haber tenido parejas muy inteligentes. Creo que lo siguen siendo y creo también, que saben leer entre líneas y viñetas.
¿Tiene visos de continuidad esta vuelta tuya al cómic o, consecuencia de una apretada agenda a base de otros quehaceres laborales que te lleva tanto a elaborar guiones, colaborar semanalmente en diversos programas televisivos o a dirigir, pongamos que peculiares películas de cine X, más bien nos encontramos ante un hecho puntual?
No. No es puntual. En mi cabeza queda mucho más por expresar que un pequeño diario… Estoy preparando el siguiente. ¡Por fin, mis ganas de dibujar me permiten ir más allá de cuatro páginas para un fanzine! Voy a aprovecharlo. Es curioso pero de todos esos trabajos peculiares, (como ser directora de cine porno o reportera dicharachera de TV) con el que me siento más a gusto es con el cómic. A pesar de ser el más lento, el más laborioso y el más minoritario, cuando dibujo disfruto como una enana… es increíble.