Inspector Moroni: “Un delirio empotrado en la comisaría”
Rubén Santamarta escribe sobre el integral de El Inspector Moroni, de Guy Delisle, en La Voz de Galicia. El periodista asegura que “el humor es sibilino, no de carcajada amplia (no hagan comparaciones con los agentes de la TIA Mortadelo y Filemón). La hilaridad la provoca el desesperante perfil del protagonista, fantásticamente caracterizado junto a su perro, un can especializado en detectar drogas expulsado del cuerpo por sus adicciones (sí, el perro); y a su madre, al que pone colorado siempre que puede. Moroni vive pendiente de sus pastillas, de sus ansiedades, y del teléfono, convencido de que la comisaría no puede vivir sin él, atento a todo tipo de conspiraciones planetarias, convencido de que nadie aprecia su talento”. El artículo completo puede leerse aquí.