Sentimientos al límite
Después de 4 años de trabajo, ya por fin sale publicado Sangre de mi sangre, tu primera novela gráfica. ¿Cómo fue ese proceso?
El proceso ha resultado bastante laborioso. Hasta el momento de comenzar con la historia larga sólo había realizado historias cortas autoconclusivas. A la hora de contar la historia recurrí a las dos historias cortas que más me habían gustado y que habían sido publicadas en el Fanzine Enfermo. Me propuse hacer un ejercicio más complejo. Uní esos dos núcleos y le di forma a la historia buscando un hilo conductor. No es una historia que tuviese pensada para contar antes de ponerme a dibujar. Se puede decir que iba conociendo aquello que quería contar al mismo tiempo que realizaba más y más páginas para conocer de dónde venían esos personajes y qué quería contar con ellos. A medida que la historia crecía descartaba aquellas páginas o escenas que me impedían ser más concreta y concisa con la historia, algo que me parece muy difícil.
Sangre de mi sangre mezcla sabiamente ingenuidad y crueldad, candidez y oscuridad, dando como resultado un cómic a la vez tierno y escalofriante. ¿Cómo manejaste esos registros?
Creo que no he sido muy consciente de mezclar a propósito estos ingredientes. No quería que fuese una historia muy cándida ni tampoco muy oscura. Me gustaba un término medio, un equilibrio, que creo que es lo que vengo haciendo desde que comencé a contar historias. Está claro que me gusta exagerar, dramatizar y trabajar con las emociones de los personajes, me gusta mostrar sus miedos, sus traumas..., sus lados íntimos..., sus lados oscuros. Trabajar la psicología es lo que más me interesa y con lo que más disfruto. Creo que me ayudo de esos ingredientes para conocer mejor a los personajes.
Trabajaste mucho la psicología de cada personaje y las complejas relaciones que los unen. ¿Vivías con esos personajes desde hace tiempo, antes de plasmarlos en papel?
Todo es ficción. Las emociones de los personajes son sensaciones exageradas que ha podido experimentar todo el mundo y de las que me he podido valer. Estos personajes nacen de libretas de bocetos. Cuando quiero comenzar a escribir y dibujar algo, las reviso. Hay momentos en que, desde que dibujo al personaje, sé que quiero contar algo con él. Luego me pregunto de dónde puede venir ese personaje... cuál es su entorno, su lugar en su familia... y así poco a poco voy avanzando. Creo a los personajes principales y a los más secundarios. Todos los personajes necesitan de los otros para hacer esas caracterizaciones más reales dentro de la historia.
Llama la atención la estética de Sangre de mi sangre, entre naif y barroca. ¿Fue un trabajo arduo llevar a cabo más de 200 páginas con tanto detalle gráfico?
Sí, desde luego fue lento. Más que la gráfica en sí, lo que me ralentizaba era saber cómo continuar el guión. La historia es lo que más me ha preocupado. Cómo contarla, cómo resolverla, cómo hacer que funcionase el total. Hasta que no encontraba la fórmula adecuada para contar la escena no podía continuar. Hay escenas que me han generado muchas dudas y que he rehecho hasta conseguir que me resultasen satisfactorias. Por supuesto la narración de cada página va ligada a soluciones gráficas que me ayudan a expresarme mejor. Encontrar estas soluciones gráficas es de lo más interesante y grato que te puede suceder mientras realizas un proyecto de este tipo.
¿Tuviste alguna influencia reseñable a la hora de idear el proyecto?
Quizás Ice Heaven, Big Baby, La muñequita de papá, Agujero negro... No sé, quizás son de los cómics que más me han marcado. También me gustaba mucho la gráfica de Blanquet, de Dave Cooper y de Ludovic Debeurme. Por supuesto, las historias del Fanzine Enfermo de las que te hablaba: “Selecto Club Privado” y “Sangre de mi sangre” han sido el verdadero motor a la hora de idear el proyecto.
Pasaste un año en Angoulême, en La Maison des Auteurs, el centro creativo que acoge a autores de cómics para que desarrollen sus proyectos allí. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Te sirvió estar en contacto con otros autores a diario para desarrollar Sangre de mi sangre?
La experiencia fue maravillosa. Aprendí el idioma, hice contactos para poder editar y el día a día en la Maison era genial para trabajar. Es el lugar idóneo para la concentración. Tú y tu historia en un taller perfectamente acondicionado. Gente en sus talleres con sus proyectos y con sus dudas. Es muy enriquecedor, puedes compartir tus dudas con tu pequeño círculo y, claro, aprendes mucho de cómo trabajan los demás. Yo tuve la suerte de vivir con Clara-Tanit y de compartir nuestros proyectos. Poder comentar los problemas narrativos y que tus compañeros les echen una mirada siempre ayuda, te desenreda.
¿Tienes en mente otro proyecto de cómic ahora mismo?
Sí, la verdad es que tengo dos proyectos más en mente. Por supuesto los trabajaré desde otro punto de vista narrativo. Esta vez quiero tener claro lo que quiero contar antes de ponerme a dibujar. Quiero encontrar un lenguaje gráfico mucho más ligero para que pueda experimentar más flexiblemente con la narración. Trabajar el color... Necesito divertirme aprendiendo.