Silvio José, Rescatado

Tiránico, retorcido, zafio, malvado, vago, compulsivo, inadaptado, mezquino, esperpéntico, irascible, egomaníaco. No sobran los adjetivos para describir a Silvio José Pereda, un solterón de 45 años obsesionado con los videojuegos de la Segunda Guerra Mundial, las salchichas Chisparritas y las películas de Steven Seagal, que sufre “madrugafobia” y se dedica a parasitar la vejez de su pobre padre.

Silvio José, Rescatado completa la serie más famosa de Paco Alcázar al recopilar planchas publicadas en la revista satírica El Jueves nunca editadas anteriormente en tomo, además de contar con el “Viaje al interior de Silvio José Pereda”, una historia de 6 páginas realizadas ex profeso para la presente edición. Un necesario rescate de más de un centenar de penosas peripecias de Silvio José y sus neuróticos íntimos: su esquizofrénica madre, Berta Cortés, el enfermo mental Federico Tejada o el profesor de autoescuela y poeta infantil Sebastián Cubero.

El personaje de Silvio José protagoniza cinco volúmenes, todos editados por Astiberri: Silvio José, Emperador; Silvio José, Faraón; Silvio José, Destronado y Silvio José, Enamorado, que recopilan todas las planchas de la serie, antes de que Paco Alcázar dimitiera de la revista El Jueves en el verano de 2014, junto con otros autores.

“En un mundo en el que los valores se han invertido y el hedonismo es el valor supremo, Silvio José es el héroe del establishment, aquel que ha conseguido hacer realidad el sueño: un tipo de cuarenta y tantos que vive sin trabajar, permanentemente enganchado al ordenador y con un sirviente esclavo que cumple todos sus deseos. En una sociedad enferma, llena de inadaptados, tarados mentales y personas crueles y despiadadas, Silvio José es el rey”. Gerardo Vilches. Entrecómics

“La mezquindad de un tipejo como Silvio José es deleznable, no cabe duda, pero Alcázar, con su espada dispuesta a cortar cabezas, lo usa como reflejo de una nación que siempre se ha destacado por su arrogancia ciega, por esa necesidad de hablar muy alto desde la más profunda ignorancia. Y semejante reflejo nos provoca cierto desconcierto y algo de temor al dar en el clavo, al descubrirnos mucho más cercanos a él de lo que en el fondo desearíamos”. Raúl Silvestre. Zona Negativa